Los colaboradores de la Católica del Norte recibieron una charla sobre ingeniería social por parte de un investigador de la firma Defero.
Una simple búsqueda en Google puede revelar detalles de la vida de las empresas y las personas. Una sola fotografía íntima enviada por celular puede llegar a manos indeseadas. Un solo chat puede ser suficiente para que un niño le abra las puertas a un depredador sexual.
Filtración de datos en las empresas, phising, matoneo digital, sexting y cybergrooming fueron los temas tratados en la charlas ‘Ingeniería Social’ que se dictaron a los colaboradores de la Fundación Universitaria Católica del Norte en las sedes de Santa Rosa de Osos y Medellín por parte del especialista en informática y jefe de investigaciones de Defero, David Moreno Gaviria.
La exposición de Moreno Gaviria partió de un análisis de los datos que terminan expuestos gracias a los motores de búsqueda y se enfocó en un mejor tratamiento de la información sensible que puede terminar en manos de otras organizaciones.
Moreno Gaviria aseguró que este tipo de capacitaciones con el personal de las empresas es importante porque “desde hace ya varios años el activo más importante de las organizaciones dejó de ser el dinero; ahora el activo más importante es la información porque a través de ésta se puede obtener no solamente dinero sino prácticamente de toda la compañía”.
De acuerdo con Moreno, en su experiencia ha podido investigar casos que las empresas llaman ‘infieles’, “que son las personas que empiezan a robar información, bien sea para beneficio propio o para la competencia”.
La exposición continuó con la explicación de un caso de phishing, un tipo de estafa que utiliza correos masivos, videos o fotografías falsos para acceder a cuentas en bancos o correos electrónicos, por lo que recomendó ser cuidadosos con los archivos que descargamos en nuestros equipos.
Finalmente, la exposición del investigador de Defero llegó a un tema sensible para los colaboradores que tienen hijos. En esa etapa, él mostró el caso de una niña que fue forzada por un mexicano que vivía en Miami para que le enviara fotos de ella desnuda durante más de dos años.
Para el expositor, las medidas que pueden tomar los padres frente a este tipo de amenazas contra los menores “van más allá del proceso técnico” por lo que no hay que limitarse a instalar antivirus, controles parentales o firewall “que el propio padre no sabe cómo funcionan”.
Para enfrentar este tipo de amenazas informáticas, las familias necesitan “transmitir confianza y seguridad a los niños; así no sepamos muchísimo de tecnología o de redes sociales sí nos podemos sentar con ellos y preguntarles quiénes son sus amigos, que nos muestren sus conversaciones o que nos enseñen qué juegan con ellos, para que en el caso de que ellos tengan algún problema se sientan en la confianza y la libertad para contarnos”.