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agosto 22
BURNOUT: CONSECUENCIA DIRECTA DEL ESTRÉS LABORAL

CONTEXTO

Las sociedades contemporáneas asumen diariamente el reto de ser más competitivas, exitosas y líderes en todas sus actividades. Pero es en la actividad laboral donde mayormente se concentran los esfuerzos de la humanidad para destacar su ingenio y lucha por el desarrollo de una vida mejor para las presentes y futuras generaciones. Sin embargo esa lucha no es fácil, ese reto en ocasiones parece ser mas grande que los mismos recursos de las personas que luchan por conquistarlos, y en ocasiones hasta la búsqueda del bienestar por medio del trabajo termina en serias afectaciones a la salud.
 
3.jpgY es así cómo viene el cansancio, el desanimo, la tristeza, el inconformismo, la tensión y muchos otros síntomas y signos que poco a poco comienzan a enfermar a las personas de una manera particular y bien reconocida, comienzan a generar niveles de estrés cada vez mas altos. Un punto crítico del aumento de los niveles de estrés es el Síndrome de Burnout.
 
EL Burnout es un término que nace en los primeros años de la década del 70, dónde varios estudios realizados a profesionales relacionados con el trabajo en la atención de usuarios, demostró que, después de algunos meses de trabajo, los profesionales compartían algunos síntomas en común (Freudenberger, 1974). (…) Algunos decían que (…) estaban tan cansados que a veces ni deseaban despertar para no tener que ir al trabajo; mientras que otros afirmaban que no lograban cumplir los objetivos que se habían imaginado. Se sentían incapaces de modificar el statu quo; se sentían derrotados. A estos síntomas, ahora buscados y analizados en conjunto, se le atribuye el nombre de Síndrome del Burnout. La importancia del trabajo de Freudenberger fue exactamente nombrar un sentimiento que ya estaba allí.
 
A pesar del nombramiento anterior ya en décadas anteriores el conductismo de Watson (1913) y después de Skinner (1931), desarrollaron un concepto semejante, (…) donde se realiza un recorrido por las diversas teorías psicológicas, sobre el estudio de las causas que generan la neurosis, la depresión, la ansiedad, para dar respuesta a un problema que es latente: ¿Por qué las personas desisten?, ¿Por qué fracasan?, ¿Cómo y cuándo lo hacen si no hay una razón aparente?, ¿Qué está inmovilizando al sujeto?. La falta de motivación, el desamparo, la desesperación, la pasividad, la depresión, la fatiga, el stress y ahora el Burnout, enfrentan una misma cuestión: ¿Por qué las personas desisten?
 
Aun así, es en la década de los 70´s que comenzaron a construirse modelos teóricos e instrumentos capaces de registrar este sentimiento crónico de desánimo, de apatía, de despersonalización, etc., la primera conclusión se da una manera casi inmediata: se trata de un problema, un síndrome que afecta principalmente a los trabajadores encargados de brindar servicios de atención personalizada. Burnout fue el nombre escogido (Freudenberger, 1974). Este se definió en un principio como un síndrome a través del cual el trabajador pierde el sentido de su relación con el trabajo, de modo que las cosas ya no le importan más y cualquier esfuerzo le parece inútil hacerlo.

2.jpgEs así como el Síndrome del Burnout, es entendido como una respuesta al estrés laboral crónico, el cual se debe a cambios sociodemográficos, organizacionales e interpersonales. Dado que en el nivel social hay nuevos fenómenos que afectan el mundo laboral. El más llamativo es la sociedad de la queja, por la que los ciudadanos, dentro de la cultura de acceso a los servicios, exigen, a veces, cosas imposibles. Los trabajadores se ven incapaces de poder atender esas demandas, entre otras cosas porque en ocasiones no tienen los recursos para dar respuesta. El ciudadano hace responsable a la persona que tiene enfrente porque entiende que es la institución.
 
Por lo tano el burnout es un fenómeno cada vez más visible dentro de las profesiones destinadas a ofrecer servicios humanos y debido a su gran magnitud, presenta consecuencias fundamentales tanto a nivel individual como organizacional. El burnout o Síndrome de estar Quemado por el Trabajo es un fenómeno especialmente vinculado a las profesiones de ayuda y sobre todo, a los procesos relacionales que los trabajadores y trabajadoras establecen en el desarrollo de su desempeño profesional.
 
En base a esto, si por un lado existe la prioridad innegable de atender a los usuarios de los servicios profesionales, por el otro, no se puede rehuir atender de manera directa a los propios equipos que intervienen, cuya salud y bienestar psicológico y social se puede ver mermado ante las situaciones en las que desarrollan su labor profesional, donde las demandas a las que tiene que responder, en muchas ocasiones, superan los recursos de los que disponen.
 
Es entonces que la aparición del burnout se asocia a diferentes variables como son los estresores organizacionales, en los cuales se ha encontrado que aspectos como la sobrecarga de trabajo están vinculados a la aparición del burnout (Cox, Kuk & Leiter, 1993). También, las personas expuestas a contextos laborales caracterizados por la sobrecarga de trabajo, conflicto y ambigüedad de rol, presentan mayores niveles de burnout (Osca, González-Camino, Bardera & Peiró, 2003).
 
Actualmente el estudio del burnout se centra en modelos transaccionales para los que la experiencia del desgaste profesional es la consecuencia de la interacción entre determinadas variables del entorno laboral y las características de personalidad (Moreno- Jiménez et al., 2005; Moya-Albiol, Serrano, González, Rodríguez-Alarcón & Salvador, 2005). Es decir, que aunque las variables organizacionales juegan un papel fundamental en el origen del burnout, las variables personales ejercen una influencia indudable en todo el proceso.
 
DEFINICIÓN
El Burnout es la respuesta inadecuada a un estrés emocional crónico y se enfatiza en las tres características fundamentales del mismo: cansancio o agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal. Actualmente, el burnout ha quedado establecido como un síndrome resultado de un proceso complejo que se desarrolla como respuesta al estrés laboral crónico y que afecta fundamentalmente a los profesionales que precisan mantener una relación de ayuda constante y directa con otras personas (Farresons Noguera & Calvo Frances, 2008; Manzano, 2008; Moreno-Jiménez, Sieminotti, Garrosa Hernández, Rodríguez-Carvajal & Morante Benadero, 2005; Ortega Herrera, Ortiz Viveros & Coronel Brizio, 2007; Serrano, Garcés de los Fayos & Hidalgo, 2008) aunque no se limita sólo a ellas (Gil-Monte & Peiró, 1999; Extremera, Duran & Rey, 2010).

7.jpgEl síndrome de estar quemado por el trabajo (o Burnout), puede entenderse también como una respuesta prolongada a estresores crónicos al nivel personal y relacional en el trabajo, determinado a partir de las dimensiones conocidas como agotamiento, cinismo e ineficacia profesional. Una definición clásica de burnout es la que ofrece Maslach, quien lo define como un síndrome psicológico de agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal que puede ocurrir en individuos normales, que trabajan con personas. El agotamiento emocional se refiere a los sentimientos de no poder dar más de sí al nivel emocional, y a la disminución de los propios recursos emocionales. En este sentido la despersonalización se refiere a una respuesta de distancia negativa, sentimientos y conductas cínicas, respecto a otras personas, que son normalmente los usuarios del servicio o del cuidado. La reducida realización personal se refiere a la disminución en los propios sentimientos de competencia y logro en el trabajo.
 
Desde la perspectiva psicosocial de Cristina Maslach y Susan E. Jackson (1981, 1986) el Burnout, es definido como una respuesta al estrés laboral crónico que se manifiesta principalmente en aquellas profesiones de servicios caracterizadas por una atención intensa y constante a personas que están en una situación de necesidad. Ante esta situación constante, la persona desarrolla una idea de fracaso profesional en relación a las personas con las que trabaja así como una serie de actitudes negativas hacia estas. Así, no se trata de estrés psicológico sino de una respuesta a fuentes de estrés laboral crónico que se configura como un mecanismo de afrontamiento ante el estrés que aparece en la relación profesional-usuario y profesional-institución.

Y es a partir de estas autoras, que el Burnout se configura como un proceso tridimensional integrado por las dimensiones de Agotamiento Emocional (AE; sensación que tiene el individuo de no ser capaz de dar más de sí mismo a los demás al sentir que sus recursos afectivos son superados ante el contacto diario con las personas que reciben sus servicios), Despersonalización (DP, desarrollo de actitudes, pensamientos y sentimientos negativos, distantes y fríos hacia los usuarios atendidos) y baja Realización Personal en el trabajo (RP; evaluación negativa llevada a cabo por el trabajador en relación a su trabajo y resultados).
 
Otros autores como Fischer (1983) consideran el Síndrome del Burnout como un estado resultante del trauma narcisista de la persona que traía como consecuencia una disminución en la autoestima de los sujetos. Para Pines y Aronson (1988), el burnout es un estado en el que se combinan fatiga emocional, física y mental, sentimientos de impotencia y de baja autoestima. También acompañado de un conjunto de síntomas que incluía vacío físico, sentimientos de desamparo y desesperanza, desilusión y desarrollo de un autoconcepto y una actitud negativa hacia el trabajo y hacia la vida misma. En su forma más extrema, el síndrome del Burnout representa un punto de ruptura más allá del cual la capacidad de enfrentarse con el ambiente resulta severamente disminuida y es especialmente duro para personas entusiastas e idealistas.
 
Por su parte Farber (1983), Golembiewski (1993), Leiter y Maslach (1996) y Gil-Monte y Peiró (1997). Golembiewski (1993) asegura que el Síndrome del Burnout afecta a todo tipo de profesiones y no sólo a las organizaciones que se dedican a ofrecer servicios de atención personalizada. De lo que no parece haber dudas es que el Síndrome del Burnout comprende una serie de alteraciones físicas, de comportamiento y de tipo emocional que tienen su origen en factores individuales, laborales y sociales.
 
A todo lo anterior cabe destacar que el término Burnout se tomó de la industria aeroespacial, que significa agotamiento del carburante de un cohete como resultado del calentamiento excesivo. La traducción literal de este término es estar quemado. Este término hace referencia a la idea de quemar, arder o consumirse que sufren los que están superados por las situaciones que deben enfrentar. Las victimas suelen ser personas con actitudes de hiperresponsabilidad y que en las organizaciones de trabajo cumplen funciones para tapar las comúnmente llamadas deficiencias.
 
Existe también una teoría relacionada con el Burnout. Es la teoría del desamparo de Seligman (1976), la cual asegura que aprendemos a no responder, o que nuestras respuestas no son capaces de librarnos de nuestros problemas, que tanto hacen responder de una u otra forma. Con anterioridad, la teoría de alineación, surgida con Marx y tantas veces utilizada por la psicología, resalta las consecuencias objetivas, económicas, empujando a los ciudadanos al camino de la pasividad, la pérdida de la crítica. (Gil-Monte y Peiró, 1997)
 
De manera muy general y por conceso de los investigadores del tema el Burnout se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para la persona y la organización. Por lo cual Gil-Monte y Peiró (1997) han afirmado que el síndrome del quemado puede estudiarse desde dos perspectivas, clínica y psicosocial.
 
La perspectiva clínica asume que el Síndrome del Burnout como un estado al que llega el sujeto como consecuencia del stress laboral y la psicosocial, lo define como un proceso con una serie de etapas que se generan por interacción de las características personales y del entorno laboral.
 
SUGERENCIIAS
Según los estudios que se han realizado sobre el tema del burnout, este es un factor de gran incidencia en la salud de los seres humanos. Sin embargo existen también factores protectores que impiden la aparición de este síndrome entre ellos se ha encontrado que un alto sentido de coherencia se asocia negativamente con la percepción de estrés laboral (Ryland & Greenfeld, 1991), cansancio emocional (Feldt, 1997; Gilbar, 1998) y burnout (Baker, North & Smith, 1997; Gilbar, 1998; Palsson, Hallberg, Norberg & Bjoervell, 1996) y positivamente con bienestar físico y psicológico y una mejor habilidad funcional en las actividades cotidianas (Eriksson & Lindströn, 2005, 2006). Y al ser este un factor que pone el énfasis en la personalidad como variable interviniente en el afrontamiento del estrés, se logra  inhibidor o moderar el desarrollo del burnout.
 
Si bien no existe ninguna estrategia simple, capaz de prevenir o tratar este síndrome. Se pueden utilizar modelos complementarios que tratan al individuo, al grupo social o a la organización completa. En el ámbito personal, se han utilizado técnicas de afrontamiento de stress y ensayo conductual. Además pueden utilizarse técnicas de entrenamiento en relación y autocontrol. Es fundamental la orientación a los nuevos profesionales, estableciendo cursos de formación continua, mejorar las relaciones interpersonales y el soporte social entre compañeros y superiores. Para poder hacerle frente al Síndrome del Burnout, es imprescindible fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores. Por último, se sugiere que a escala institucional debería fomentarse el soporte real al profesional afectado, constituyendo grupos de expertos afectados capaces de ofrecer la ayuda necesaria.
 
Autores como Gil-Monte y Peiró (1997), coinciden en la formulación de propuestas que puedan ayudar a evitar o prevenir el Síndrome de Burnout como: evitar sobrecargarse de tareas y menos si no forman parte de las tareas habituales, utilizar los canales de comunicación, averiguar si otras personas han pasado por lo mismo y preguntarles cómo lo solucionaron, delimitar las funciones, aprender a controlar las emociones, etc. A pesar de todo lo que se ha comentado, aún puede existir la duda con respecto a lo siguiente: ¿Cuál es la diferencia entre estrés laboral y Síndrome del Burnout? El estrés laboral tiene aspectos positivos y negativos; en ocasiones la gente tiene que estar estresada en su trabajo para poder funcionar. Y eso es bueno en cuanto la persona pueda controlar el nivel, frecuencia y duración del estrés.
 
El Síndrome del Burnout es sólo una de muchas maneras que tiene de progresar el estrés laboral. Es muy frecuente en profesionales de servicios por las condiciones de trabajo que tienen. Muchas de las acciones de las empresas -programas de balance vida-trabajo, planes de motivación, capacitación e incorporación de nuevas Tecnologías- buscan el beneficiar a los trabajadores. Sin embargo, se dice que el Síndrome de estar Quemado por el Trabajo se está expandiendo.
 
Nota del artículo: el presente artículo es una compilación de diferentes estudios realizados sobre el tema, las perspectivas y construcciones conceptuales son propias de los autores en los trabajos referenciados.

TRABAJOS DE REFRENCIA

- de la Fuente Roldán, I. N., & Sánchez Moreno, E. (2012). TRABAJO SOCIAL, SÍNDROME DE ESTAR QUEMADO POR EL TRABAJO Y MALESTAR PSÍQUICO: UN ESTUDIO EMPÍRICO EN UNA MUESTRA DE TRABAJADORES SOCIALES DE LA COMUNIDAD DE MADRID. Portularia: Revista de Trabajo Social, 121 - 130.
 
- García Carmona, R. M., & Robles Orte, H. (2011). PERSONALIDAD RESISTENTE Y SENTIDO DE COHERENCIA COMO PREDICTORES DEL BURNOUT EN PERSONAL SANITARIO DE CUIDADOS INTENSIVOS. Ansiedad y Estrés, 99-112.
 
- García Rivera, B. R., Mendoza Martínez, I. A., Lizárraga, R., & García Rojas, A. A. (2011). ESTUDIO EXPLORATORIO DEL SINDROME DE BURNOUT EN UNA INSTITUCION DE EDUCACION SUPERIOR MEXICANA USANDO LA ESCALA DE MASLACH. REVISTA INTERNACIONAL ADMINISTRACION & FINANZAS, 67 - 81.
 
- González Cabanach, R., Souto Gestal, A., Fernández Cervantes, R., & Freire Rodríguez, C. (2011). Regulación emocional y burnout académico en estudiantes universitarios de Fisioterapia. Revista de Investigación en Educación, 7 - 18.
 
- González Trijueque, D., Giachero, S., & Delgado, S. (2012). RIESGOS PSICOSOCIALES EN EL LUGAR DE TRABAJO: APROXIMACIÓN TEÓRICA Y MARCO LEGAL EN URUGUAY. Prensa Médica Latinoamericana, 75 - 87.
 
- Rosado Tapia, M. B., & Almanza Muñoz, T. d. (2011). Prevalencia del síndrome de burnout en una muestra de Pilotos Aviadores Militares Mexicanos. Revista de Sanidad Militar, 141 - 147.

 

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